Con una mezcla de erudici\363n obsesiva, ambientaci\363n minuciosa y una imaginaci\363n que no pide permiso, Juan Sasturain, uno de los escritores argentinos que m\341s sabe del g\351nero policial y espec\355ficamente sobre Hammett, escribi\363 un homenaje que es al mismo tiempo un ejercicio de imaginaci\363n acerca de c\363mo pudieron haber sido los \372ltimos a\361os de Dashiell Hammett que coincidieron con su sequ\355a literaria. Lejos de su compa\361era Lillian Helman, a la visita intempestiva de su camarada Tulip se suman las tensiones por la abstinencia del alcohol y el acoso de un grotesco escritor argentino que busca hacerle leer la continuaci\363n de una fascinante an\351cdota de El halc\363n malt\351s: la que Sam Spade le cuenta a su blonda cliente acerca de un hombre que, sin mediar motivo aparente, abandona de un d\355a para el otro su casa, su trabajo y su familia. Entre el plagio y el homenaje, ese admirador se inmiscuye en la vida de Dash mientras el entra\361able Poynton -sparring de Gatica-, el abogado Rosen, la bella Pat Neal y el flaco Roald Dahl entran y salen de una trama en que disparos, secuestros, traiciones y discusiones literarias se entreveran como escapando de las historias que Hammett ya no quiere imaginar.\012\012A partir de Tulip, el manuscrito que Hammett dej\363 inconcluso, y su profuso conocimiento sobre el autor, Juan Sasturain -periodista desde los a\361os setenta que ha trabajado en innumerables medios gr\341ficos argentinos, creador y responsable de la revista Fierro en sus dos etapas y que viene de publicar en Alfaguara sus Cuentos reunidos- retoma escenarios, amores, amigos y enemigos de Hammett para describir su bloqueo literario y, al mismo tiempo, la importancia de una literatura que, adem\341s de verse inmortalizada en el cine, trascendi\363 las \351pocas y los g\351neros.