\012\012A m\341s de cien a\361os del comienzo de la Primera Guerra Mundial, los economistas a\372n discuten sobre el desarrollo de la econom\355a argentina en los quince a\361os siguientes. Las opiniones est\341n polarizadas en tantas posiciones como sea dable imaginar. Estancamiento, declinaci\363n, florecimiento, avance o retroceso del campo y de la industria.\012\012En principio parece curioso que las ideas sean tan encontradas. Cuando uno recuerda el momento hist\363rico las disidencias se entienden mejor. Dos a\361os despu\351s del comienzo del conflicto, en 1916 llega al poder Hip\363lito Yrigoyen. Es el primer presidente electo seg\372n la ley S\341enz Pe\361a, de sufragio obligatorio. En 1922 lo sucede Marcelo T. de Alvear y en 1928 vuelve al poder Yrigoyen, quien es derrocado en 1930 por un golpe militar. Tres gobiernos radicales. Pero hay algo m\341s importante: es la primera \351poca en que la econom\355a argentina (que ya muestra signos de fatiga) convive con una democracia plena. Es una democracia naciente; es decir, con una gran carga de expectativas por satisfacer.\012\012El eslab\363n perdido analiza el conjunto de factores que condicionaron el per\355odo 1916-1930. No hay modo de entenderlo sin analizar las urgencias de un poder reci\351n establecido y sus desaf\355os electorales, y sin mensurar el impacto social que tuvieron las medidas econ\363micas en la creaci\363n de empleo, en la distribuci\363n del ingreso, en la mejora de la condiciones de vida de los sectores populares; muchos de los cuales ser\355an los votantes del radicalismo. Al mismo, las demandas sociales propiciaron cierto rumbo de la econom\355a, sobre todo en las pol\355ticas p\372blicas. En este brillante ensayo, Pablo Gerchunoff re\372ne aquello que jam\341s debi\363 separarse: la econom\355a y la pol\355tica, en un momento inaugural de la historia argentina. Es un libro de una calidad y una perspicacia inusuales, indispensables para comprender las coordenadas de un tiempo in\351dito. \012