Adelaida Falc\363n, una maestra caraque\361a, fallece tras una larga enfermedad. Su hija Adelaida, de treinta y ocho a\361os, no tiene a nadie y vive en una ciudad donde la violencia marca el ritmo diario de la existencia. Poco tiempo despu\351s del entierro, encuentra su casa tomada por un grupo de mujeres a las \363rdenes de la Mariscala. Llama a la puerta de su vecina sin hallar respuesta: Aurora Peralta, a quien todos llaman la hija de la espa\361ola, ha muerto. En la mesa del sal\363n, una carta le comunica la concesi\363n del pasaporte espa\361ol: un salvoconducto para huir del infierno.