El 17 de octubre de 1949 la marcha peronista, grabada por Hugo del Carril, fue cantada por primera vez por el pueblo en Plaza de Mayo, en presencia de Per\363n y Evita. Todav\355a hoy se discute acerca de su origen, pero lo cierto es que desde entonces, al sedimentarse en la memoria colectiva de los argentinos, gener\363 emociones encontradas. El escudo peronista est\341 presente desde el nacimiento mismo del movimiento. Hizo su aparici\363n oficial en la campa\361a electoral de febrero de 1946. Sus blasones y sus colores representan las ideas de justicia social y comunidad\012organizada que pregonar\355a el justicialismo y habilitan, adem\341s, una interrogaci\363n acerca de las tensiones raciales y el antagonismo de clase en la Argentina. El bombo, insoslayable en la banda de sonido del peronismo, precedi\363 al escudo y a la marcha en las manifestaciones pol\355ticas: desde el fondo mismo de la historia, fue el son de una comunidad festiva asociada a la murga y el carnaval tanto como un alerta sonora de la lucha y la resistencia. En tres ensayos rigurosos y amenos, Ezequiel Adamovsky y Esteban Buch exploran la historia de los tres emblemas centrales del peronismo desde su aparici\363n hasta la actualidad. La competencia con otros s\355mbolos hoy olvidados, las luchas de facciones para asegurarse su monopolio, los cambios que sufrieron en sus dise\361os o sus sonoridades, todo ello jalona un recorrido marcado por las disputas internas dentro del peronismo y por los rechazos y temores que despertaron entre los antiperonistas, desde los tiempos de Per\363n y Evita hasta los de Menem y los de N\351stor y Cristina Kirchner.